Los niños son seres independientes, no son humanos pequeños,
sepamos entenderlos.
Un niño infeliz revive en un hombre sin aspiraciones de vida e
incluso podría caer en drogas.
Nadie dijo que ser padre era fácil, porque absolutamente nadie
nació para eso. Ni siquiera nos enteramos en qué momento llegamos a la vida
hasta que tomamos consciencia de ella (etapa en la que comenzamos a generar
recuerdos aproximadamente 3 años de edad en adelante), mucho menos sabríamos el
significado del gran y tan complicado papel en la vida como el de un padre y/o
madre.
No he sido madre, pero sí tengo una. Lo que puedo percibir y
admirar de ella es algo llamado: instinto. El instinto es una reacción del
hombre la cuál es innata tal como el de protección, un ejemplo claro sería
cuando un niño está parado en una silla, la madre corre dirigiéndose a él
suponiendo que en algún momento la gravedad hará lo suyo y el niño caerá. En el
humano podemos poner como ejemplo el instinto de la supervivencia , el cuerpo
entra en un llamado de emergencia en el que la atención está enfocada en
nuestros cinco sentidos buscando la manera de sobrevivir, el cuál va de la mano
con la adrenalina, una hormona que te hace reaccionar.
En general el objetivo de éste artículo no es una guía o un
instructivo para saber ser padres, sino para entender a los niños. Todos en
esta vida hemos sido niños, así es que los invito a que hagan una retrospección
sobre cada uno de ustedes. Intenten recordar cuando eran pequeños, ¿qué
pensaban?, ¿qué sentían?, ¿qué los hacía felices?.
Las pequeñas grandes cosas que nos diferenciaban de un adulto
amargado y enojón. Teníamos imaginación, nobleza y el sentido de la vida era
completamente otro al que tenemos actualmente, ¿por qué permitimos eso? En qué
momento permitimos que un buen coche y una linda casa valiera más un abrazo y
un beso de mamá y papá antes de dormir.
Entiendo que éstos son tabúes de que la misma sociedad ha impuesto,
incluso también reconozco que muchas personas en realidad son felices con esa
vida. Pero finalmente uno llega a este mundo y a esta vida con nada y ¿qué
creen?, que nos vamos con nada.
Los niños no son personas diminutas, son distintos seres humanos.
Rodeados de grandulones que nos hablan en un idioma desconocido y nos exigen llevar a cabo actos y comportamientos de
cierta forma, cuando eso no estaba previsto en nuestros planes ni siquiera
expuesto en nuestra compresión. Entendamos que son personas independientes que
comenzarán a conocer al mundo a su manera, a su alcance. Los niños son curiosos
y atrevidos, ya que ellos no conocen de pudores y tabúes, dejémoslos ser así como nosotros fuimos.
Evidentemente con una cierta supervisión para no dañar su integridad, dignidad
y sobre todo a su cuerpo.
A un niño hay que incentivarlo, no castigarlo. Hay que decir las
consecuencias buenas que tendrán sus actos, no las malas. Y si es necesario
castigarlo, en algún caso de prohibir la televisión o no jugar con un peluche
en específico, cumplirlo al pie de la letra tal y como se lo advirtió. Si esto
no se lleva a cabo, los padres pierden credibilidad e incluso respeto ante sus
hijos, porque saben que no habrá una consecuencia mayor a un grito.
En cambio, si esto se cumple, el niño valorará la siguiente vez
que esté por desobedecer, incluso hacer algo que no tenga permitido y tomará la
decisión de arriesgarse y ser castigado una vez más o simplemente abstenerse y
cumplir. Finalmente la vida es a base de un ensayo y error. Tanto para los
padres como para los hijos.
No ocupemos la palabra NO con los niños, porque entonces el efecto de todo esto es que al crecer a cada situación dirán que sí, no habrá un filtro en decidir si algo está bien o mal porque toda su vida ha vivido en una prohibición constante. (Drogas, alcohol, sexo a una temprana edad, etc.)
Hagamos de nuestros hijos, nietos, sobrinos y hermanos una persona
auténtica y feliz. Sin inhibiciones ni fobias impuestas. La sociedad necesita
gente feliz para saber tolerar, respetar y sobre todo amar.
Fuentes: Los niños son así.
Alfredo Madrigal Llorente, Editorial Jus México.
El desarrollo en la compresión
del niño pequeño segun Piaget. Editorial
Paidos Buenos Aires, 1968.
La personalidad. Jean Claude Filloux Editorial Presses Universitaires de France
1989